Enologia, cocktelería y maridaje






•Maridar consiste en casar un plato y un vino de manera que juntos, nos brinden aún más placer que por separado.  Sobre el maridaje se ha escrito mucho pero no existen reglas que nos indiquen qué vinos se deben servir con tal o cual comida; no existe una verdad absoluta, a tantas combinaciones de platos, vinos y paladares tantas opiniones.  La preferencia y gusto personal es la que debe regir siempre.
•No obstante, se debe ser atrevido y tener ganas de experimentar, ya que se pueden conseguir combinaciones que pueden resultar más sabrosas que las conocidas, no debemos sentirnos obligados a seguir estos patrones, ya establecidos, y si los experimentos que se realizan no resultan a la perfección aprenderemos a un costo bajo; la mejor escuela es el ensayo.
•La unión de alimentos y vino no es difícil, pero si compleja; el sentido común es la mejor guía.
•Lo primero a tener en cuenta es que el vino está vivo y como todo ser vivo, nace, crece y muere.  Nace en la vid, evoluciona y madura en la botella y muere si no se conserva bien o no se consume en el momento adecuado; predecir la evolución de cada vino es muy difícil, ya que son muchos los factores que pueden influir sobre él, alterándolo.
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Limón: el aroma y sabor a limón proviene del ácido cítrico del vino que ayuda a darle balance.  Se encuentra a menudo en vinos de clima frío
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M a r i d a j e   d e   A l i m e n t o s   y   B e b i d a s


Por lo general, vino y gastronomía van unidos. Su combinación ofrece un placer superior si se consumen por separado. El sabor y aroma del vino refuerzan el placer de una comida o lo aminoran si la combinación no ha sido la adecuada.

En este tema no existen verdades absolutas, ya que todo es muy subjetivo y personal. Por esto, la regla básica que es conveniente seguir es la “ensayar y recordar”. Debemos de experimentar y recordar qué combinaciones nos han gustado mucho, cuáles poco y cuáles nada.

Es una cuestión de gusto, de paladar y de educación y por esto se dan tantos desacuerdos. No obstante existen combinaciones ya experimentadas por expertos que pueden servir de orientación.

Recordemos que “el perfecto maridaje entre un plato y un vino se da cuando la persona que los toma encuentra plena satisfacción”.

Normas generales
Una de las propuestas comunes de la gastronomía es que el vino blanco va con el pescado y el tinto con la carne. Aunque funciona, tiene sus excepciones, ya que el atún va bien con algún tinto y las aves, con los blancos.

Otra es la combinación de vinos y comidas de una misma región, porque supuestamente ambos elementos han ido evolucionado armoniosamente a lo largo de los años, adaptándose el uno al otro.

También el orden de servicio de los vinos durante la comida tiene importancia capital tanto para el sabor del plato como para el propio sabor del vino.

Los vinos secos se servirán antes de los dulces

Los blancos, antes de los tintos

Los vinos jóvenes, antes de los viejos

Los vinos ligeros, antes que los de mayor cuerpo

Los vinos sencillos, antes que los más prestigiados.


Reglas orientales que es conveniente seguir para conjuntar
las cualidades del vino y de los platillos, para lograr
una armonía de sabores


Los vinos ligeros son apropiados para comidas ligeras, los vinos vigorosos para comidas vigorosas

Los vinos que se sirven frescos – rosados, blancos secos, blancos semidulces, espumosos y tintos ligeros- son los más fáciles de combinar y armonizan con la mayoría de los platillos. 

Por lo general, uno de dos vinos por menú son suficientes sólo en grandes ocasiones, en las que se sirven varios platillos deben salir a la mesa tres o cuatro vinos distintos.

Servir el mismo vino con el que se ha cocinado el platillo

Los vinos blancos ácidos no se adaptan bien a la carne, por esto, nunca deben acompañar platos de caza mayor y carnes rojas.

Los vinos blancos secos para pescados y mariscos

Los vinos blancos dulces son apropiados para acompañar frutos azucarados y postres y tienen que servirse siempre al final de las comidas

Los vinos blancos ligeramente dulces realzan los platos con salsas de crema

Los vinos blancos muy aromáticos son adecuados para acompañar el queso y los postres

Los vinos blancos licorosos van bien con el foie gras

Los vinos blancos jóvenes afrutados resultan excelentes como aperitivos

Los vinos blancos secos y con madera son indicados para comidas suculentas y fuertes, además de ser excelentes compañeros de jamones crudos, chorizos secos, etc.

Con las sopas, ensaladas huevos y helados, el vino solo encaja excepcionalmente, en estos casos es mejor inclinarse por la sidra o la cerveza.

Los espumosos acompañan muy bien a casi todos los platillos y son los únicos que se sirven durante toda la comida.

Por tradición, los tintos nunca se han recomendado con los pescados y mariscos, pero cada vez es más común que se acompañen sobre todo a pescados de río sin que esto perjudique a su sabor

Con la carne de res y platos de caza, se deben elegir vinos tintos vigorosos, jóvenes o maduros.

Los tintos con alta acidez y mucho cuerpo van bien con carnes rojas a la parrilla, legumbres y algunos quesos.

Los platillos que se sazonan con vinagre, cebolla, ajo, curry o mostaza son difíciles de armonizar. Por ello hay que elegir vinos muy fuertes que sean capaces de dominar su gusto.

Los vinos dulces son muy aptos para acompañar platos sofisticados como foies, quesos azules de aroma intenso, etc.

Los postres, aunque pueden servirse sin vino, se pueden acompañar de un vino dulce, el oporto o madeira si son postres de chocolate y vino blanco de dulzor moderado, si son de frutas.

El jerez fino, va bien con todo tipo de aperitivos y tapas, pero con lo que va mejor es con el jamón serrano

El jerez amontillado es adecuado para quesos curados, pescados y carnes blancas

El manzanilla va bien con tapas y aperitivos de camarón

El moscatel armoniza muy bien con postres elaborados con miel y almendras.


A p e r i t i v o s   y    e n t r e m e s e s

A pesar de la moda de tomar cócteles u otras bebidas alcohólicas, el vino es el mejor aperitivo que hay, ya que predispone al organismo para recibir los alimentos, por su limitada proporción de azúcares y alcohol. Hay una gran gama de vinos para este fin, pero los más adecuados son:
los jóvenes frescos y afrutados y los espumosos

Por sus características organolépticas:
Los vinos más clásicos como aperitivos desde siempre han sido los generosos secos- jerez, manzanilla, montilla y oporto secos; pero también los vinos blancos secos de suficiente personalidad, aroma y sabor, son excelentes aperitivos.

Los vinos rosados jóvenes son apropiados para aperitivos como croquetas y jamones crudos.

Los vinos blancos de color pálido, sabor ligero y ácido que se sirven fríos, pueden servirse solos como aperitivos, ya que ayudan a la secreción de saliva y a una mejor digestión de los alimentos.

El champán se debe servir a 4-6 °C, y el cava brut seco a 6-8°C o semiseco a 5-6°C, son excelentes como aperitivos, siempre que sean de muy buena calidad.

Nunca se debe servir vino dulce como aperitivo porque su gusto azucarado atrofia las papilas gustativas y corta el apetito.

Los vinos para acompañar a los entremeses son casi siempre blancos secos, jóvenes y con brío como el Chablis y el Chardonnay franceses.

Para los entremeses, el vino siempre tiene que ser fresco, fácil de beber, sin mucho cuerpo, ya que los entremeses son una pequeña ración de comida que estimula el apetito y que predispone al estómago a recibir los siguientes elementos del menú. Por esto, el vino debe desempeñar el papel de preludio.

Para los entremeses ligeros de pescado, jamón dulce, huevos y paté, los blancos secos de 10-12° servidos a 8-10°C son los más recomendables.

Para entremeses compuestos por mariscos y crustáceos, los blancos secos y aromáticos de 11-14 servidos a 8-10°C o el champán y cava brut nature brut o seco, servidos a 3-6°

Para fiambres de pollo, ternera, embutidos y patés, servir vinos blancos semisecos o ligeramente abocados a 8-12°C

Para productos ahumados, servir un blanco seco envejecido servido a 8°C o un cava.

Para jamón Ibérico, como embuchado, salchichón, chorizo, salchichas y croquetas, servir un rosado seco de 11-14° servido a 13°C o un amontillado servido a 9°C, también pueden servirse tintos de poco cuerpo  y tener entre 11-12°

Vinos para aperitivos y entremeses:
§ Blancos secos
§ Tintos ligeros
§ Generosos secos
§ Rosado joven
§ Champán, cava

S o p a s    y    C r e m a s

En estos platillos el principal problema a la hora de el maridaje es el de la temperatura.

Así que si quiere tomar una sopa muy caliente, lo mejor es no acompañarla de ningún vino

También es posible encontrar vinos que armonicen con las sopas, siempre y cuando se tomen a una temperatura moderada.

En general, para las sopas se utilizará casi siempre un vino blanco seco.

Las bullabesas que se sazonan con especias fuertes y las sopas de pescado van bien con blancos muy secos, así como para consomés.

Para potajes y cremas de chícharos, calabacitas, espinacas o zanahorias, servir un blanco joven y ligero y los potajes y cremas de otro tipo un blanco con cuerpo.

Para cremas de ave y champiñones, servir un blanco perfumado o un rosado de buena calidad.

Las cremas de melón, espárragos y alcachofa son muy difíciles de armonizar porque los sabores de estos alimentos resultan casi incompatibles con el sabor del vino, pero se puede intentar con un fino o amontillado de jerez.

Vinos para sopas y cremas:
§ Amontillados
§ Blancos muy secos
§ Blancos criados en madera
§ Blancos jóvenes y afrutados
§ Rosados
§ Claretes
§ Cavas y champán


E n s a l a d a s   y   V e r d u r a s

Existen muchas ensaladas que no admiten ningún tipo de vino, sobre todo las que se aderezan con vinagretas o aderezos en los cuales se incluya vinagre o jugo de limón. Aquí lo más recomendable es tomar agua mineral con gas o con un vino dulce que suavice su acidez. Se pueden acompañar con jerez si se aderezan con vinagretas o aderezos que lleven vinagre de jerez.

En los aderezos para utilizarlos en las ensaladas que se quieren acompañar con vino, se puede sustituir el vinagre por vino y utilizar un aceite de nuez o avellana.

La sal es un potenciador de sabores que si se usa con tacto, resaltará las buenas propiedades del platillo y del vino que lo acompaña, pero si se usa con exageración no puede suavizarse ni con azúcar ni con ácido, así es que cuando se tenga un exceso de sal en las ensaladas, se recomienda servir una cerveza bien fría o un vino espumoso frío neutro.

Cuando la ensalada no este aderezada con vinagre o limón, es más fácil armonizar aunque se debe servir un vino sin cuerpo y sencillo

Como por lo general, la ensalada se sirve al principio del menú, es recomendable servir antes un vino de aperitivo como champán o cava brut que se puede seguir bebiendo con la ensalada.

Los cuatro sabores fundamentales:
1.    Lo salado refuerza lo amargo
2.    Lo amargo atenúa lo ácido
3.    Lo dulce suaviza lo ácido
4.    Lo dulce suaviza lo amargo y lo salado.

Cuando la ensalada sea una guarnición de un palto principal, el vino debe elegirse en función del plato principal.

El ajo, cebolla, pepino, espárragos, alcachofas, tomates crudos, especialmente si se acompañan de salsas ácidas, son muy difíciles de armonizar con el vino. Aquí los tintos ligeros, los rosados y los claretes son una opción.

En general, con las verduras se pueden optar por un vino blanco, joven o de crianza, ya que los taninos del tinto no son adecuados. En el caso de verduras cocinadas en salsa, esta es el factor determinante a la hora de elegir el vino.

Vinos para ensaladas y verduras:


§ Blancos secos
§ Rosados jóvenes
§ Tintos ligeros
§ Claretes
§ Champán y cava



P a s t a s ,   A r r o c e s   y   L e g u m b r e s

Las pastas constituyen un apartado especial por la variedad de formas y colores en los que se presentan

Se preparan con harina, sémola, huevos, espinacas, etc.

En general, cualquier tipo de pasta combinan bien con multitud de ingredientes, desde la verdura hasta el marisco, la carne, pescado, las setas y la caza. Por eso el maridaje entre la pasta y los vinos se determina no por la pasta propiamente dicha, sino por la salsa que lo acompaña.

En general, los tintos ligeros, los blancos con cuerpo, los rosados y los claretes jóvenes, combinan siempre muy bien

Los blancos secos de moscatel constituyen un acompañamiento novedoso pero adecuado para todo tipo de pastas.

Los ravioles, lasañas y canelones rellenos de carne o con salsas de queso requieren un vino blanco seco de medio cuerpo o un rosado o un tinto joven aromático y ligero de cuerpo

Si la pasta lleva una salsa de algún animal de caza, es conveniente elegir vinos de crianza y añada sin temor a perecer exagerados

Para el arroz o pasta con camarones, elegir vino blanco bien estructurado y redondo

Para la pasta con chícharos, calabacita o espinacas, servir un chardonnay u otro vino blanco del mismo estilo

Si se sirve un vino tinto con el primer plato y el segundo está constituido por pescado, hay que intercambiar el orden, servir primero el pescado y después la pasta

Recordemos que durante la comida va disminuyendo la capacidad sensorial del comensal; por esto los vinos como los alimentos servidos primeros, deben ser más ligeros, para ir progresivamente aumentando la fuerza y vigor de los platos y paralelamente de las bebidas

Para el arroz con salmón, con cerdo, con bacalao, con tinta de calamar, la paella valenciana, servir un rosado fresco y afrutado

Para la paella de puros mariscos, servir un blanco seco algo robusto y envejecido o un blanco abocado que también es muy buen acompañamiento

Los arroces con carne, caza o pollo, se sirven con un rosado y a veces un tinto con cuerpo

En la forma en que se prepare el arroz, al horno, cazuela, caldoso, risotto, paella, etc. el cava o champán es un acompañante ideal

Las pastas con tomate, al pasto o con gorgonzola, necesitan un rosado afrutado.

Vinos para pastas, legumbres y arroces
§  Rosados
§  Claretes jóvenes
§  Blancos con cuerpo
§  Blancos secos
§  Tintos ligeros
§  Cavas o champán

C a r n e s   y   A v e s

Por regla general, el vino tinto está indicado para todas las carnes, aún así, debemos de tener la habilidad para elegir con acierto el vino especialmente adecuado para el tipo de carne que se va a degustar, tendiendo en cuenta la intensidad de los sabores.

No debemos olvidar que cuanto más fuerte sea el plato, más fuerte debe ser el vino

Para la carne de ternera van bien los vinos blancos y rosados

La ternera y el pollo a las brasas van bien con vinos blancos criados en madera

Para el lechón por su tipo de grasa se debe servir un buen tinto de cierto grado alcohólico cargado de color y taninos como un gran reserva

Para platillos con carne de cerdo que están grasosos, servir tintos con cuerpo para que destaquen sobre el sabor persistente de la carne o un rosado

Para platos de aves de caza o con salsas ligeras, servir un tinto joven y ligero

Para las aves grasas como el palto que se acompañan las salsa fuertes de color, servir vinos tintos de calidad bien estructurados

Para la carne a la parrilla y estofados de carne, servir un tinto que no tenga más de dos años de crianza

Con la caza menor y la mayor, debemos adaptar la intensidad del sabor del plato a la estructura del vino

Los grandes vinos tintos, van bien con ambas categorías, pero reservar los más robustos para servir con la caza mayor y la caza menor más sabrosa.

Para las codornices, servir tintos con cuerpo de edad media, perfume claro y delicado y sabor armónico

Para faisanes, pavos y patos, necesitan grandes vinos tintos bien envejecidos, de textura consistente y robusta

Para la caza mayor, servir los vinos de finísimo bouquet como los reserva de Rioja

Los cavas y champañas combinan a la perfección con los grandes asados y platos de caza

Vinos para carnes blancas y aves
§  Blancos secos
§  Rosados
§  Tintos ligeros
§  Tintos de calidad
§  Espumosos

Vinos para carnes rojas
§  Tintos ligeros
§  Tintos con cuerpo
§  Cavas

Vinos para caza
§  Tintos con cuerpo


P e s c a d o s   y   M a r i s c o s

Como es costumbre, se acompañan con vino blanco. Es una asociación internacional que se basa en el hecho de que el pescado puede hacer que e vino tinto adquiera un sabor metálico. Por el contrario, la acidez fresca de los blancos neutraliza la alcalinidad de los pescados

Los vinos blancos dulces y licorosos son difíciles que armonicen con el pescado

Los pescados blancos, poco condimentados y cocinados a la plancha o a la parrilla van muy bien con blancos ligeros

Los pescados azules- sardinas, bonito, atún, van bien con los vinos rosados.

Los pescados fuertemente condimentados o marinados necesitan blancos, criados en madera

Las frituras de pescado o camarones y langostinos hervidos y los pescados en conserva van bien con un jerez fino o manzanilla

No hay que renunciar a acompañar el pescado con tintos o rosados. Estos están indicados para pescados con mucho sabor como el rodaballo, salmón, pez espada o el atún y los pescados de río

Las salsas que acompañan los platos de pescado determinan también el tipo de vino que se debe tomar

Como una excepción, es que un vino tinto complemente pescados grasos que han sido cocinados con vino blanco como anguilas

En general, para todos los mariscos se puede recurrir a vinos blancos, perfumados, de cuerpo o rosados de carácter y para las ostras, vinos secos, de cavas o champán

Por norma, los vinos de más calidad, que ofrecen una gran gama de sabores delicados, son los adecuados para estos productos

Los mejillones, vieiras y cigalas necesitan un vino blanco con clase, que no sea de alta graduación alcohólica, sino equilibrado

Los crustáceos y mariscos hervidos van bien con un blanco ligeramente abocado o aromático, pero si se sirven con salsa, será adecuado un blanco aromático más robusto, si se cocinará a la parrilla, les va mejor con blanco con cuerpo y si están fuertemente condimentados, les va bien un blanco criado en madera.

Recordemos que un vino blanco de calidad no se situará nunca por encima del los 11° ni un buen tinto tendrá más de 13°

Los cava y champán consiguen una armonía perfecta con todo tipo de pescados y mariscos

Vinos para pescados
§  Blancos secos
§  Blancos melosos
§  Rosados secos
§  Tintos ligeros
§  Cava y champán

Vinos para mariscos
§  Blancos secos
§  Blancos melosos
§  Rosados secos
§  Cava y champán


L o s   Q u e s o s

El maridaje entre quesos y vinos es especialmente delicada, ya que existen muchos vinos y muchísimos quesos y no todos armonizan perfectamente entre sí.

Los quesos según la cantidad de materia grasa que contienen, se clasifican en:
§  Doble grasos: más de un 60% de grasa
§  Extragrasos: con un 45% de grasa
§  Grasos: con un 40% de grasa
§  Semigrasos: con un 20% de grasa
§  Magros: con menos del 20% de grasa

Por principio de cuentas debemos saber de donde provienen los quesos para aplicar el criterio para elegir el vino, que de ser posible, debe ser del mismo origen que el queso, ya que muchos vinos encuentran su pareja ideal en los quesos de su procedencia.

Ante una tabla de quesos surtida nos podemos encontrar ante el problema de que vino elegir para armonizar, la solución está en no poner en la tabla quesos muy variados y evitar pasar, por ejemplo, de un queso blando a un gorgonzola picante.

Para conseguir maridajes acertados, debemos tener presentes los siguientes puntos:
§  Los vinos blancos armonizan mejor con el queso
§  Los rosados combinan muy bien con quesos de pasta blanda o frescos
§  Los vinos de crianza seria, técnicos y fuertes, van con quesos ahumados y aromáticos
§  Los espumosos como champán y cava acompañan bien a los quesos de corteza enmohecida y de pasta blanda
§  Los vinos dulces armonizan con pocos quesos, pero son muy buenos acompañantes de los quesos azules
§  Los tintos de las mejores añadas y los grandes champanes o cavas bruts se reservan para los quesos azules fuertes o fermentados.

Si el queso es de textura blanda o tiene un sabor ligeramente dulce como el queso de Burgos o la mozarella, servir un vino banco suave de graduación alcohólica moderada, que acaricie el paladar servido a 7°C.

Con los quesos de textura blanda, pero con más sabor que puedan considerarse grasos y que además tengan sabor picante, se debe elegir un vino blanco con carácter y cuerpo como un rioja de crianza o vinos rosados y tintos jóvenes según lo picante y lo blando que sea el queso.

La combinación entre vinos licorosos, dulces y quesos de sabor picante produce un efecto similar a la unión entre lo dulce y lo salado en la cocina.

Vinos para quesos
§  Queso fresco.- con vinos blancos y rosados dulces
§  Quesos semiduros.- con vinos blancos, tintos, ligeros, secos y afrutados
§  Quesos azules.- con tintos jóvenes, un Pedro Ximénez y Moscatel
§  Quesos duros.- con vinos tintos con cuerpo.

Tabla de combinaciones de quesos y vinos
Queso
Vino
Brie
Tinto y blanco con cuerpo, blanco semiseco y dulce, champán y oporto
Camembert
Tinto con cuerpo, blanco afrutado, champán, chardonnay
Cheddar fuerte
Tinto ligero y con cuerpo, champán chardonnay
Edam
Champán, Oporto
Emmental
Tinto rosado afrutado, blanco semiseco y ligero, champán
Feta y fontina
Tinto con cuerpo y afrutado
Gruyere, Gorgonzola
Pinot noir
Regiano
Tinto, blanco, pinot noir
Roquefort
Tinto seco, chianti, vinos especiales


P o s t r e s

Uno de los vinos más adecuados para los postres es el moscatel, siempre que no haya sido elaborado añadiéndole artificialmente azúcar- cuando es así adquiere un sabor dulce empalagoso que disgusta al paladar-

El moscatel de graduación alcohólica moderada, acompaña muy bien la pastelería tradicional

Con otro tipo de postres más elaborados es conveniente recurrir a los vinos licorosos, con una graduación alcohólica más elevada.

No es estrictamente necesario acompañar los postres con vinos igualmente dulces, porque una acumulación de sabor dulce puede resultar empalagoso y llega a perjudicar la digestión.

Con las frutas confitadas, el marrón glacé o dulces de pasta de almendra, se acompañan de un vino licoroso o generoso seco tipo Málaga un oloroso Pedro Ximénez.

El vino es un buen acompañante de la fruta, especialmente si es carnosa como pera o melocotones, para las peras puede ser blanco pero es mejor el tinto.

Los frutos secos requieren un vino tinto moscatel o mistela, pero también hay frutas que no combinan bien con el vino como las naranjas, mandarinas o toronjas.

Paradójicamente el vino no armoniza con las uvas a menos que sean muy dulces

Para las frutas exóticas, los blancos dulces y suaves armonizan perfectamente.

Hay postres muy difíciles de combinar con el vino, como los que tienen chocolate como principal ingrediente, las tartas de café, los postres con cítricos o los dulces emborrachados

Para el chocolate, si es puro o trufas no se debe acompañar de un vino y tomarlo con agua o algún licor como el coñac o brandy envejecido, whisky

Los mousses van bien con un vino dulce o un moscatel semidulce fresco, son un buen acompañamiento. 
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Caribbean Sunset

3/4 oz rum
3/4 oz gin
3/4 oz blue Curaçao
3/4 oz banana liqueur
2 oz lemon juice

Shake all ingredients, mixing well. Garnish with lime wheel, mint sprig and float of rum. 

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Los vinos tintos se clasifican en...
Jóvenes: su color tiende al tono morado de aroma frutal; pasan menos de seis meses en barrica y 18 en botella.
De crianza: más de dos años de edad, comienzan a adquirir tonos ocre.
De reserva: un año en barrica y dos en botella; su color es más oscuro y presentan mayor cuerpo que los de crianza.
Gran reserva: mínimo dos años en barrica y tres en botella, llegan a alcanzar la perfección en sus cualidades.
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Cocktail Luna Di Notte

3/4 oz black Sambucca
3/4 oz Galliano
3/4 oz Sambucca


Layer these three in order in a glass then "flame" it.

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Pautas a considerar para el maridaje


Blancos ligeros: pescados blancos
Blancos con cuerpo: pescados azules, mariscos y salsas
Tintos ligeros: carnes rojas
Rosados: carnes blancas
Tintos con cuerpo: carnes rojas y caza


Entremeses de embutidos y quesos podemos utilizar un rosado seco
Fritos tipo calamares y camarones, podemos utilizar un blanco seco
Si hay un plato como sopa o crema, lo mejor es servir un blanco seco
Los pescados blancos (mas suaves) servir con blancos o rosados jóvenes
Las carnes suaves o blancas de un rosado o tinto joven
Las carnes rojas o de caza  un tinto añejo y con cuerpo
Quesos tiernos y cremosos , rosado o tinto joven y ligeramente afrutados
Postres en función del tipo de postre  si es dulce, podemos utilizar un vino generoso